"(...) Y si es usted colega, acepte
esta consigna: debemos estar juntos ese día. Despídase de sus lápices el 10 de
Noviembre, a las 12 Horas, y prepárece para abrazar a todos sus hermanos que lo
quieren, en cada noche familiar, especie de Navidad exclusiva, que nos
permitirá reunir nuestro afecto y asomarnos al porvenir con el optimismo de una
sonrisa."
El 10 de noviembre es el "Día del
Dibujante" en Argentina.
Algunos creen, erróneamente, que fue elegido ese
día en -merecidísimo- homenaje a Alberto
Breccia, ya que el maestro falleció en esa fecha, en 1993. Otros creen que
es en honor al natalicio de lo dibujantes Néstor
Córdoba y Luis Cedrés,
grandes valores argentinos del dibujo animado nacional.
Pero no.
La elección de esa fecha fue una unánime decisión
de la antigua Asociación de
Dibujantes de Argentina (A.D.A.), a principios de los años `40s.
El humorista gráfico e investigador Siulnas (Oscar Vázquez Lucio),
quien conoció a todos los fundadores de la magna institución artística,
sospecha que la elección de dicha efeméride se debe a una enorme cena, de gran
convocatoria, efectuada por dicha asociación. El motivo lo explica en 1942 la
propia ADA: "El 10 de Noviembre es como el corazón de la
primavera. En esa época los corceles del optimismo arisquean en la sangre
rejuvenecida. Además se halla al comienzo del mes y esto conviene, porque bien
sabemos “lo que dura una perra gorda en la bolsa de aquellos privilegiados que
pueden derrochar cada día la fortuna de su inspiración...” "
A continuación, transcribimos un artículo
completo, publicado en "AD", el ente difusor de ADA, en noviembre de
1942, acompañada por imágenes de antiguas invitaciones de ADA, y flyers
temáticos realizados por el Museo de la Caricatura Severo
Vaccaro en el año 2007:
Nota
aparecida en AD (ente difusor de la Asociación de Dibujantes, Noviembre de 1942)
Hila
más a prisa la bruja del tiempo que la más...
Ayer
nomás fue 25 de agosto de 1938. Ese día los dibujantes fuimos citados a una
verídica Asamblea General Constituyente, denominada en aquella oportunidad –
según rezaba la respectiva circular – “corolario de las gestiones previas
realizadas con el propósito de constituir en nuestro país la Asociación de Dibujantes”.
Ayer
nomás fue...
¡Una
asamblea magna, la del 25 de agosto! Aún vibra el recuerdo con la clara, nítida
visión de aquella noche efervescente, dinámica e impetuosa. Sobre las cabezas
agitadas e inquietas, jóvenes todas, aún con canas, flotaba una atmósfera
saturada de eléctricos impulsos y espeso humo de tabaco.
Nos mirábamos con ojos de descubridores. ¿Quién sería quién? ¿Ese era fulano? ¿Ese?... ¡Ah!...
Nos mirábamos con ojos de descubridores. ¿Quién sería quién? ¿Ese era fulano? ¿Ese?... ¡Ah!...
Que
la reunión sería trascendental es indudable, como que de ella surgió, ya con
personalidad física perceptible, la Asociación , es decir lo
que hasta en ese entonces fuera solo un hermoso y utópico ideal.
Bastó
una brevísima cadena de minutos para aprisionar el espíritu de la engendración,
aquella noche nuestra. Jugosos fueron los primeros frutos brindados por el
nuevo árbol, cuya sombra será cada vez mejor. Sólido y promisor su tronco, por
el que circulará siempre la savia fogosa de la juventud.
Todos
sabemos el resto. La formación de una nueva familia implica siempre un punto de
partida. Animosa, decidida a buscar por medio de la unión el camino del
bienestar común, la marcha de nuestra gran familia, personificada en la Asociación , ha sido
hasta aquí como la de cualquier luchador sobre la tierra: días luminosos y
noches de desaliento, períodos en que la acción era como un torbellino y
lagunas inertes, según el impulso y perseverancia de cada cual. Más nunca, para
alegría de todos ha olvidado su consigna: ¡Adelante!...
El
25 de agosto de 1938 perdurará en nuestro espíritu. Hubo quien dijo que poseía
sobrados títulos para rendirle homenaje, instituyéndolo “Día del Dibujante”. En
realidad pudo ser así porque ostenta en su favor el poético dramatismo de las
fechas históricas en que los pueblos rememoran sus triunfos o maldicen sus
culpas.
Pero
múltiples razones aconsejaban, por otro lado, dar a ese aniversario el alto
significado que le corresponde, distinto por cierto del que caracterizará a
nuestro día. Aquel, es acontecimiento, este una fiesta.
Cumpliendo
entonces un elemental principio de justicia en lo sucesivo cada 25 de agosto
simbolizará un peldaño sobre el que harán pie nuestros conductores, para
exponernos lo hecho y lo por hacer, poco o mucho, con su cortejo de conquistas,
fracasos y triunfos. Será la fecha permanente en que, como máximo homenaje,
celebraremos nuestras Asambleas Generales de rendición de cuentas.
La
segunda cumplirá el doble objetivo: de regocijo y fraternidad en nuestra
“cofradía”, y de campanazo en las mentes encallecidas de quienes miran, ven,
ríen y gozan contemplando el trabajo de nuestros muñecos sobre los tinglados
del papel, sin importarles un pepino la vida, pasión y muerte de los que dan
formas visibles a las criaturas que se engendran en las fabulosas comarcas de
la fantasía...
Fecha
como el 25 de agosto, escapan a nuestro vaticinio. Fuerzas superiores las
designan, y nosotros no hacemos otra que cumplirlas, porque ya está escrito que
así sea. Pero, en cambio, cuando el camino es claro hasta confundirse con el
horizonte, pueden señalarse los sitios donde se hará alto para dar una tregua a
la marcha y una sonrisa a los ojos. Y es lógico que al hacerlo se elija el,
mejor lugar.
El
espacio para el “Día del Dibujante”, nuestros cinco minutos de bullicio y
carcajadas, el sitio para divertirnos, si lo hemos elegido nosotros, esta entre
los tentadores brazos de la Primavera.. . y creemos haber elegido bien.
10
de Noviembre es como el corazón de la primavera. En esa época los corceles del
optimismo arisquean en la sangre rejuvenecida. Además se halla al comienzo del
mes y esto conviene, porque bien sabemos “lo que dura una perra gorda en la
bolsa de aquellos privilegiados que pueden derrochar cada día la fortuna de su
inspiración...”
Así
quedó bautizado el 10 de Noviembre “Día de los Dibujantes”.
No
será copia de ninguno de los demás “días”, instituídos para hacer más completo
el holocausto del pobre Juan Pueblo, abrumado por impuestos y gravámenes
teóricamente destinados a “beneficiarlo”, y a evitar justamente la
proliferación de esos “días”.
Ni
tentadoras palomas de labios al “fushia”, sonrientes pero impecables, ni pibes
portadores de melones cuya única “caladura” es negra e insaciable como pozo en
la arena.
No.
Para hacerlo distinto no pediremos nada a nadie. Y si alguna algunas demandas
se realizan, serán de orden puramente moral. En otras columnas de este mismo
ejemplar se inserta el programa de festejos diagramados para ese día, que
promete ser interesante.
Esta
humilde publicación tiene un destino casi esencial: tratar de difundir entre
propios y extraños, las vicisitudes, anhelos y conocimientos que constituyen la
nervadura de nuestra vida profesional.
Por
eso la utilizamos hoy para decirle, que si usted, lector, es un amigo
interesado por nuestras cosas y nos quiere o simpatiza, difunda la noticia de
fiesta que celebramos; invite a sus amigos a que lo acompañen y siéntese con
ellos alrededor de la mesa simple que habrá de reunirnos ese día.
Si
tiene a sus órdenes dibujantes, aprendices, hombres o jóvenes, que viven por y
para el dibujo y puede disponer de ellos, nos permitimos rogarle quiera
obsequiarle medio día de asueto, como adhesión a nuestra fiesta. Podemos
asegurarle que la pequeña pérdida que esto significa para sus actividades,
quedará absorbida con creces al día siguiente, por un visible aumento de buena
voluntad por parte de sus colaboradores.
Si
otros son los que tienen en sus manos las sumas del poder, les será fácil
llegar hasta su corazón. Los hombres que labran su porvenir en el campo de las
artes gráficas, conocen todos nuestros pecados y por eso mismo siempre tienen
para nosotros comprensión y tolerancia.
Si
es usted hombre de negocios, jefe de publicidad, industrial, que tiene que
vérselas más o menos frecuentemente con la reconocida puntualidad de los
dibujantes, se lo rogamos, borre el 10 de Noviembre de su calendario de
deudores artísticos, y acepte esta cordial invitación para dar más brillo a
nuestra fiesta con su presencia.
Y
si es usted colega, acepte esta consigna: debemos estar juntos ese día.
Despídase de sus lápices el 10 de Noviembre, a las 12 Horas, y prepárese para
abrazar a todos sus hermanos que lo quieren, en cada noche familiar, especie de Navidad
exclusiva, que nos permitirá reunir nuestro afecto y asomarnos al porvenir con
el optimismo de una sonrisa.